Pero no todo está perdido: la tecnología del hogar inteligente promete combatir el calor… sin disparar los costes.
Climatización con cerebro propio
Uno de los avances más significativos es el control inteligente del aire acondicionado. Dispositivos inteligentes como Netatmo Smart AC Controller permiten programar el encendido y apagado del sistema desde el móvil, detectando la presencia en casa gracias a la geolocalización y adaptando su funcionamiento a las rutinas del usuario. El resultado: aire solo cuando hace falta y confort sin derroche.
Sistemas como el MSZ-LN Kirigamine Style de Mitsubishi Electric van un paso más allá. Incorporan sensores de presencia y temperatura tridimensionales que redirigen el flujo de aire a zonas específicas, logrando una climatización eficiente y localizada.
Sombra inteligente que enfría sin gastar
Las persianas y cortinas inteligentes, como las de Meross o SwitchBot Curtain, se convierten en guardianes silenciosos contra el calor. Equipadas con sensores solares, se cierran automáticamente cuando el sol aprieta, evitando el recalentamiento interior. Algunas incluso funcionan con paneles solares para no depender de baterías ni cables.
Y en casas con ventanas en el tejado, sistemas como Velux Active with Netatmo las abren de forma automática en noches frescas, permitiendo ventilación natural y reduciendo la necesidad de aire acondicionado.
Electrodomésticos que saben cuándo actuar
Los electrodomésticos inteligentes también aportan su grano de arena. Frigoríficos con modo ECO como los de Fagor ajustan su temperatura automáticamente en función del calor exterior, y lavadoras como la Whirlpool WPM 911W ADS SPT permiten aprovechar las horas valle para reducir el gasto eléctrico.
Y si no se cuenta con electrodomésticos inteligentes, los enchufes inteligentes —como los de la gama TP-Link Tapo— permiten automatizar horarios, controlar el encendido a distancia o con comandos de voz, y hasta consultar el consumo en tiempo real.
Más allá del verano: medir, aprender, reaccionar
El ahorro no se limita a la climatización. Medidores inteligentes y termostatos conectados ayudan a visualizar el consumo y ajustar hábitos. Estos sistemas incluso aprenden del comportamiento del usuario y de datos externos como la previsión meteorológica, optimizando el uso de energía sin perder confort.
Redacción
En Positivo
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