Por Cesáreo Silvestre Peguero
Las etapas llegan, se marchan también, tal como se ausenta el tren...
Cada una nos habla con voz singular,
y nos deja un mensaje difícil de olvidar...
El secreto no es tiempo ni edad,
sino en la vida hallar claridad...
Aprovechar lo bueno, sembrar lo real,
y guardar en el alma aquello inmortal...
Aceptar al otro sin herir jamás,
es abrirle un camino de paz...
De todo ser humano hay luz que tomar,
un reflejo que puede guiar...
Seamos sinceros, sin máscaras ya,
que la vida desnuda la verdad mostrará...
Despertemos la fuerza que late en el ser,
un canto escondido que quiere nacer...
No nos detenga la sombra o el pesar,
ni el lamento vacío nos pueda atrapar...
Vivamos el día con noble razón,
y elevemos al cielo nuestra oración...
Lo justo y moral son brújula fiel,
tesoros eternos que apuntan al bien...
Quien siembra virtud cosechará paz,
quien abraza el amor siempre vivirá más...
Las etapas se van, mas queda el amor,
como huella sagrada que siembra el Señor...
El tiempo nos lleva, mas deja al final
la vida cumplida en lo eterno y cabal...
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