lunes, 29 de septiembre de 2025

Gracias y desgracias

Por Cesáreo Silvestre Peguero

​Analizar el pro y el contra de este título es asomarme a un espejo que refleja dos caras de una misma realidad. En apariencia contradictorio, este paralelo encierra una verdad incuestionable: las redes virtuales son fuente de bendición y, a la vez, de extravío.

​Gracias a ellas, la voz del hombre común se ha liberado del cerco que por siglos impuso la prensa tradicional. Antes, los medios eran guardianes del discurso, filtrando lo que convenía a unos pocos y silenciando a la mayoría. Hoy, en cambio, cada cual puede alzar su palabra sin que un censor le arrebate su derecho a opinar. Es la democratización del pensamiento, el renacer de la libre expresión.

​Pero junto a esa gracia, también se asoma la desgracia. Porque en los mismos espacios donde florece la verdad, se desborda el libertinaje. Allí donde debería haber diálogo constructivo, brotan injurias, falsedades y palabras envilecidas. Se ha abierto una puerta por la cual entran tanto la luz como las tinieblas, y no siempre es posible contener la sombra.

​Y es que, si bien las redes unifican pueblos y derriban fronteras, también han permitido la propagación de lo ruin: la mentira disfrazada de noticia, la burla convertida en entretenimiento, la vulgaridad erigida en espectáculo. Todo ello amenaza con erosionar las buenas costumbres que sostienen la vida en sociedad.

​Por eso, digo: gracias a las redes, porque han multiplicado la voz del hombre libre; y desgracias, porque sin la virtud que da la verdad y el respeto, se convierten en abismos de degradación.

​La reflexión que queda es clara: no basta con tener la palabra, es preciso usarla con sabiduría. No es suficiente con tener acceso a la verdad, hay que abrazarla con valentía. La libertad sin responsabilidad no edifica, destruye.

​Que el eco de nuestras expresiones en las redes no sea un grito vacío ni un insulto sin causa, sino un aporte que eleve, edifique y acerque al bien. Que cada palabra compartida sea semilla de luz en medio del ruido.

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