sábado, 18 de octubre de 2025

La Conciencia Como Único Gremio

Por Cesáreo Silvestre Peguero

algomasquenoticias@gmail.com 

​El ser humano es, ante todo, lo que hace.

Sus actos son el reflejo que lo define, y en ellos se mide su grandeza o su miseria.

​En mi caso, no pretendo ser distinto a los demás comunicadores;

si algo me separa, es mi decisión de responder a la voz serena de la conciencia,

antes que al bullicio de la aprobación ajena.

​Mis escritos no buscan llenar vacíos, sino encender luces.

Hablo para instruir, para educar,

para despertar conciencias que yacen dormidas entre la comodidad y la costumbre.

Sé cuánta corrupción moral sacude el universo periodístico,

y cuán fácil es perder el rumbo entre intereses y favores.

Son pocos los colegas que conservan decoro y pensamiento propio;

la mayoría se somete al dictado de otros,

vende su voz al mejor postor,

y con ello pierde toda autoridad e independencia.

​No acostumbro hablar en primera persona,

pero esta vez lo hago por deber de conciencia.

Algunos me llamarán arrogante; otros, soñador.

Me es indiferente.

No me rigen las monedas, sino los principios;

no me mueve la conveniencia, sino la verdad.

​La doble moral camina entre los gremios con paso altivo y apariencia de virtud.

Muchos se agrupan no por convicción, sino por sentirse parte de un clan que luce vacío,

sin alma ni propósito.

Yo pertenezco a esos gremios, sí,

pero con la certeza de que son estructuras inertes,

vacías de vida moral y sin voluntad de dignificar el oficio.

​No reniego del periodismo: lo honro.

Mientras tenga voz, escribiré para que vuelva a ser lámpara que ilumine,

y no negocio que oscurezca.

Para que recobre su esencia de servicio,

y deje de ser servidumbre de intereses.

​Porque sólo quien obedece a su conciencia

puede decir que sirve al pueblo…

y a Dios.

​(Romano capítulo catorce, verso 12)

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