jueves, 9 de octubre de 2025

Las nuevas mujeres protagonistas que rompen los techos del poder

Durante décadas, el llamado techo de cristal ha funcionado

como una barrera invisible que impide a las mujeres acceder a los niveles más altos de decisión. No se trata solo de una metáfora, sino de un sistema real de prejuicios, normas no escritas y estructuras rígidas que, aunque no figuren en los reglamentos, limitan el ascenso femenino. Pese a que las mujeres se gradúan en mayor número que los hombres en casi todos los países, su presencia en los puestos de liderazgo continúa rezagada. En naciones como Turquía, Grecia e Italia, menos de dos tercios de las mujeres adultas están empleadas, lo que alimenta una brecha salarial que en los países de la OCDE ronda todavía el 12 %.

Sin embargo, los últimos años están mostrando un cambio de rumbo. En 2024, por primera vez, las mujeres ocuparon el 33 % de los consejos de administración de empresas en la OCDE, y su representación en puestos de alta dirección ascendió al 34,2 %, un máximo histórico.

Suecia, Estados Unidos y Polonia lideran el avance, con mujeres al frente de más del 40 % de los cargos ejecutivos. El progreso es lento, pero firme: cada cifra representa una puerta que se abre y un modelo de referencia que multiplica las aspiraciones de las generaciones más jóvenes.

Dos ejemplos recientes encarnan ese cambio de época. En Reino Unido, Sarah Mullally acaba de convertirse en la primera Arzobispa de Canterbury en casi 500 años de historia de la Iglesia anglicana. Su nombramiento marca un hito no solo religioso, sino también social y político: la líder espiritual de millones de fieles tendrá voz en la Cámara de los Lores, donde podrá influir en debates sobre igualdad, derechos humanos y libertad de culto.

Mullally, de 63 años, ha definido su misión como un servicio “desde la compasión y la escucha”, un mensaje poderoso en una institución históricamente dominada por hombres.

En Asia, otro símbolo de cambio se perfila en Japón: Sanae Takaichi, veterana legisladora conservadora, está a punto de convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra.

En un país donde la representación femenina en política sigue siendo mínima, su ascenso es un punto de inflexión. Takaichi, que cita a Margaret Thatcher como inspiración, ha roto moldes en una sociedad donde apenas el 10 % de los altos cargos gubernamentales son mujeres.

En Positivo

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