viernes, 10 de octubre de 2025

Mamá Tingó: La Fe Viva Hecha Tierra y Coraje

Por Cesáreo Silvestre Peguero

​La lucha no es solo un esfuerzo; es el arte constante de tejer un futuro mejor. Es el músculo del espíritu ejercitándose para alcanzar un logro que valga la pena, sobre todo cuando ese fin es un bien colectivo. Esta es la esencia de la vida de Mamá Tingó, un

faro de dignidad encendido en la noche.

​En ella, la piel parecía llevar el negro oscurecer de su noche campesina, pero su alma ardía con la luz de la justicia social. Su corazón, ancho y generoso, se dejaba invadir por el amor al prójimo, una actitud que le regaló el respeto eterno de los consecuentes.

Florinda Soriano Muñoz, nuestra Mamá Tingó, fue una dama "iletrada", forjada no en aulas, sino en el trabajo sagrado de la tierra madre. Desde niña, cuando su voz infantil rompía el silencio de las calles voceando "cadbón, cadbón", mostró el temple de quien sabe que la vida se gana con sudor. Tras el dolor de la viudez, su figura se hizo aún más fuerte, labrando la tierra con su habitual machete, una herramienta que era extensión de su voluntad.

​El Grito de la Mocha: Fe y Resistencia

​En el pequeño rincón de Gualey, Hato Viejo, en Yamasá, la Lucha Grande se desató. Los potentes, con el metal frío de sus alambradas y el rugido de sus tractores, intentaron devorar los conucos, la herencia cultivada por años de sudor y esperanza.

​Mamá Tingó, integrante de la Liga Agraria Cristiana que agrupaba a 350 familias, se convirtió en la voz inquebrantable contra el desalojo injusto. Ella fue la dirigente excepcional que, con su mocha, supo hacer frente al hostigamiento, a la maldad del gratey y pica-pica que sus verdugos le arrojaban, e incluso a la oferta de dinero para comprar su silencio.

​Su respuesta fue un eco de valentía: prefería la muerte antes que traicionar la causa de sus compañeros y el futuro de sus hijos. Su cántico se convirtió en himno:

"No me dejen sola, suban la vó / Que la tierra e mucha y dá pa tó / En el campo entero se oye una vo / Vive en Hato Viejo, Doña Tingó / Agarren la mocha y suban la Vó; que hay una junta de Sol a Sol."


​En cada golpe, en cada moretón, en cada reunión deshecha por la fuerza, la fe viva de Mamá Tingó se hacía más profunda, pues la fe sin obras es estéril, pero la fe en la justicia es una semilla que nunca muere.

​El Legado Imborrable: Memoria, Justicia y Educación

​El primero de noviembre de 1974, la voz de Mamá Tingó fue silenciada por el cobarde disparo de un individuo. Murió a manos de un hombre que se rehusó a tolerar el rugido de su dignidad. Sin embargo, su muerte no fue el fin, sino la siembra final.

​Su ejemplo se levantó como un estandarte contra la usurpación. Hoy, en un país donde la Reforma Agraria fue limitada y la voluntad política flaquea ante los potentados, la vida de Mamá Tingó nos recuerda que la unidad y la integridad son las herramientas que nos corresponden para alcanzar las conquistas mutuas. Su legado, junto al de sindicalistas como Mauricio Báez, debe ser una motivación constante para los líderes que han olvidado que su lucha debe ser por el bien común, y no por los beneficios particulares.

​La vida de Mamá Tingó es una lección de que la fe más alta es la que se pone al servicio del desposeído, sin esperar más recompensa que ver la justicia florecer en la tierra.

​Homenajes a Mamá Tingó: Un Estandarte Nacional

​El sacrificio y la perseverancia de Florinda Soriano Muñoz han sido honrados por el pueblo dominicano, asegurando que su memoria permanezca viva como símbolo de la lucha campesina:

  • Centro Educativo Mamá Tingó (Higüey): En la provincia La Altagracia, el Centro Educativo Mamá Tingó (Código 01713), ubicado en el Sector Mamá Tingó de Salvaleón de Higüey, lleva su nombre. Fundada en 1999, esta escuela primaria y de nivel inicial se dedica a la educación integral de cientos de estudiantes, promoviendo principios como la responsabilidad y el trabajo en equipo, llevando así la luz de la educación a una zona urbana-marginal.
  • Estación del Metro de Santo Domingo: La estación terminal de la Línea 1 del Metro, ubicada en Villa Mella, lleva orgullosamente su nombre: Estación Mamá Tingó.
  • Escuela Básica Mamá Tingó (Santo Domingo Norte): En la comunidad de Paraíso Escondido, Villa Mella, se encuentra otra escuela primaria que honra su memoria.
  • Monumento a Mamá Tingó: En Hato Viejo, Yamasá, lugar de su lucha y martirio, se erige un monumento en su honor.
  • Escuela de Formación Política Mamá Tingó: Diversas organizaciones promueven este espacio para impulsar el pensamiento crítico y la conciencia social, perpetuando su ideal de lucha colectiva.

​Su vida nos enseña que la fe viva es la que se atreve a defender la tierra que alimenta, el hogar que da paz y el derecho que nos iguala.

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